Me enamoré. Sí. Ese verbo que siempre creí que era inconjugable, no lo era. Me enamoré, se enamoró, nos enamoramos. No creía en el amor o no quería. Y así pasó. Eso mismo fue lo que me ablandó. Apareció en mí el odiado amor. Inevitable, incomprensible, inimaginable...
El amor, tan dulce o amargo, tan apasionado o desmotivado, tan salvaje o estresado, tan entregado o descuidado, tan extraño o afable, tan amado u odiado...
(*) Me gustaría saber su opinión sobre la entrada, rellene un poco más abajo una pequeña encuesta y publique un comentario en la entrada. Muchas gracias.
1 comentarios:
Muchas gracias, yo también me hice tu seguidora :):)
Publicar un comentario